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Manda huevos cómo el universo aprovecha que estás jodido para tocar los cojones con sutileza y crueldad. Es acojonante. Si se te muere tu perro y digamos que era un Yorkshire de repente todo Cristo tiene ese puto mismo perro y además del mismo color. Si tienes un hermano enfermo e ingresado y él, por ser distinto, tiene el pelo blanco, no te preocupes que de distinto no tendrá ni la 'D' porque, además de llamarse Ermenegildo, sólo verás seres humanos masculinos de su edad con canas, por joder. Si se te pierde tu boli Bic azul preferido vas a tener que joderte porque todo el mundo va, así sin avisar, a utilizar un jodido boli Bic azul. Y bueno, así hasta el fin de la humanidad. Que ya podría ser pronto, para qué nos vamos a engañar. Aunque bueno, yo esto del ébola lo veo factible. Yo dejaría sólo a agricultores, ganaderos y coleccionistas de sellos. No sé, es que son peculiares. Están hechos de otra pasta, lo veo. Ser un virus tiene que ser la clave y ser una gran putada también. Eres minúsculo y vas a donde los fluidos, el aire o los bichos te lleven. Infectas sin discriminar y según el tipo de virus, hasta mutas. Pantxo. Pero luego si te enganchan y te erradican la has cagado. Mira la viruela. Dos depósitos quedan en todo el mundo, y no saben qué hacer con ellos. 'No, yo no lo mato que si no igual lo sueltas tú.' 'Pero no seas tonto, hombre. Tú mátalo que después voy yo.' (Y un rabo). Pero el ser humano se nutre de cosas así. Adrenalina. Y confianza, sobre todo eso. Y amor ante todo no nos olvidemos del amor por Dios bendito.